Los Mayas

El Clásico tardío y la era dorada de los grandes reyes

Sponsors

Hemos echado una mirada a los orígenes y la historia temprana del mundo maya, aunque la mayoría de las referencias históricas que hemos encontrado hasta ahora han sido retrospectivas, es decir, fueron elaboradas en una época, décadas o siglos, posterior a los eventos que narran. Algunas incluso se remontan a las profundidades del tiempo mítico. A un pasado idílico, en el cual los hechos históricos —si acaso los hubo— aparecen entretejidos con toda suerte de elementos fantásticos. En ellos intervienen con frecuencia dioses, criaturas y lugares ultraterrenos. Mediante tal retórica, los gobernantes clásicos y los miembros de su corte real —incluyendo escribas y escultores— buscaban reflejar un ideal: no tanto cómo fueron en realidad, sino cómo preferían recordar a sus ancestros, tal y como hicieron con la memoria del gran héroe cultural Ajaw Foliado.

Sin embargo, a partir de la fundación de las grandes dinastías en las principales ciudades clásicas, tales narrativas y tradiciones se van a volver menos impersonales y subjetivas, viéndose dotadas en cambio de fechas prodigiosamente precisas, nombres inteligibles, eventos auspiciosos o catastróficos, y así sucesivamente. Es decir, nos encontramos por fin frente a registros que podríamos calificar con justicia como «históricos», comparables a otros legados por las antiguas civilizaciones del Viejo Mundo. No pocos de ellos han dejado huellas tangibles de su existencia objetiva, según han podido constatar después meticulosos arqueólogos. Otros aguardan aún pacientemente a que descubramos la evidencia crucial que permita confirmarlos, pero todos ellos confluyen para conformar nuestra historia actual de la antigua civilización maya.

Llegamos así al momento climático de nuestro relato: el Clásico tardío (600-900 d. C.), cuando algunas de las más grandes ciudades pudieron rozar por un instante las áureas cumbres de la gloria y el esplendor, al igual que a las grandes civilizaciones del mundo. Desafortunadamente, el destino acabaría por interponerse, trastocando dichos logros por penurias sin fin. Sin embargo, antes de entrar de lleno en la edad dorada de los grandes reyes clásicos, detengámonos por un momento en los entresijos: ¿Cómo se gestó y cuáles de sus grandes ciudades fueron las protagonistas de nuestra historia?

↑ Ir al inicio

↑ Ir al inicio

Sus. Suscríbete

Recibe cada semana el boletín con los últimos artículos y lecturas disponibles.